viernes, 1 de mayo de 2015

Ya lo decía Maquiavelo

Es increíble la cantidad de información que podemos extraer de una simple viñeta. Y cuando digo podemos, me refiero a todos. Porque no creo que haya nadie  incapaz de ver más allá de lo meramente explícito. Si pensara de esa forma, no tendría mucho sentido estar aquí, ¿No?
La viñeta de los dos niños dialogando, esperando con ansia llegar a octavo curso para saberlo todo, nos ha dejado ver otras formas o maneras de comprender. Porque… ¿Qué manera de entender/comprender la educación tienen estos niños? La idea de pensar que al llegar a octavo curso sabrán todo, es decir, abarcaran o sabrán todo  el conocimiento, se corresponde con un modo o manera de ver las cosas, surgida de varios factores, entre ellos el propio nivel cognitivo en el que se encuentra los niños (Correspondiente a su edad) y los diferentes contextos a los que han estado expuestos que han dado forma a esa idea. Como bien diría Piaget, estos niños se encontrarían en el nivel de operaciones concretas.

Si ellos hicieran una autoevaluación, seguramente se ceñirían a coger el índice del libro, y copiar aquellos apartados de los que ya se han examinado. Esto es así porque se tiene un concepto acumulativo, o mejor dicho, cuantitativo del saber o conocimiento. Los diferentes contextos y situaciones, harán que con el paso del tiempo estos niños no piensen de esa manera, o quizá sí lo hagan, pero de distinta forma.

Sabemos que hay diferentes tipos de aprendizaje, que subyacen de las diferentes concepciones o maneras de entender nuestro alrededor. Algo que tiene relación con aquello a lo que ya hice referencia en el post anterior ¿Es el contexto quien determina la acción, o la acción la que determina el contexto? En una gran mayoría de nuestras sesiones, hacemos un análisis para recordar sesiones anteriores, atendiendo, eso sí, a tres niveles; Qué, cómo y por qué. Que es lo mismo que atender a tecnología, metodología y epistemología, correspondientemente. El paso de un nivel o pregunta a otra, implica cambios en la forma de pensar, entender y comprender, pero ¿Qué tipo de cambios? ¿Cómo detectamos ese cambio? ¿De qué nos sirve detectar ese cambio? Como futuros maestros/as, considero de vital importancia esta tarea que habitualmente llevamos a cabo. Si queremos atender a nuestro contexto/alumnado, y nos vamos a dirigir a ellos, tenemos que detectar en qué nivel se encuentran. ¿Han entendido lo que he explicado? ¿Cómo se que lo han entendido? Lo difícil es detectar o saber ver, qué es lo que me indica el cambio, el cambio o transición entre el no entender una explicación, y entenderla. Ser sensibles al cambio, notarlo.

Preguntarse el porqué de las cosas, o experimentar un cambio epistemológico, responde a un nivel superior a los dos anteriores correspondientes. Yo pienso, que notar esto en nosotros, no es igual de importante que notarlo en los demás. Eso sí, el notarlo o experimentarlo nosotros nos ayuda a tener una vara de medir. Es algo que se corresponde con la metáfora utilizada en las primeras sesiones, la metáfora de sumiller. Un sumiller sabe detectar cuál es un buen vino, sus distintos matices, olores, texturas, cuerpos, etc. Todo ello le es mucho más fácil de detectar, si ha podido comparar unos con otros. Si yo soy capaz de detectar en mí esos cambios complejos (Por qué/Epistemológicos), que responden a una manera de comprender o integrar conocimiento, me será más fácil de ver en los demás esos cambios. Dichos cambios responden a un modo superior de entender las cosas, desde un punto de vista integrador e interdisciplinar. Donde los conocimientos surgen de manera espontánea, y no son incorporados.

Por último, con respecto al tema de las viñetas, la interpretación que damos al porqué esos niños piensan de esa manera, responde a un nivel sociocultural y cognitivo. El primero esta creado e influenciado por la forma de pensar de los que le rodean. Como dijo mi compañera Marta, si le enseñan que si aprueba significa que sabe, acabará pensando que el conocimiento es algo cuantitativo. Cognitivamente podríamos decir, que no están preparados para pensar en un nivel superior de entendimiento de esa educación. Con esa edad, según Piaget, estarían más en un nivel propio de operaciones concretas.

La posterior visualización de un video, me hizo profundizar y conectar aún más con todo aquello que llevamos trabajando en las últimas sesiones. El video mostraba la particular forma de dar clase de una profesora. Ella se alejaba de lo estipulado y se acercaba a la demanda de sus alumnos, todo ello bajo un conocimiento total acerca de lo que se hace. Daba la sensación de que estaba improvisando a medida que avanzaba la clase. Pero comentamos que improvisar, la palabra y el concepto improvisar están equivocados. No improvisa quien quiere, sino quien puede.

Tras la visualización del video, formamos grupos para identificar los posibles retos y apoyos, tanto de la profesora, como de los alumnos.Al hablar de los retos y apoyos de profesora y alumnos, surgen muchas incógnitas. Muchos de nosotros criticaba ese método basado en la ``improvisación´´. Improvisar para mí responde a una necesidad que genera tanto el entorno como el individuo. Improvisar significa ser sensible a los cambios, a lo que los alumnos demandan, en definitiva, a analizar el contexto. Y por otro lado, responde a tener un objetivo claro, de ahí que la palabra improvisación tenga comillas. Pues el concepto que tenemos de improvisar, es que no sabemos a dónde nos va a llevar. Esto hace que yo comentara en clase, a raíz del comentario de un compañero acerca de cómo enseñar improvisadamente a nadar a sus alumnos. Dije en voz alta, que en mi opinión, tener un objetivo no justifica una improvisación. Una improvisación tiene que tener en cuenta dónde quiero llegar, y de qué me quiero alejar. Es cuando puse el ejemplo de la clase de geografía. La profesora tiene un objetivo claro, que no es otro que dar los apartados del tema que le corresponden en esa sesión. Ahora bien… ¿Podría improvisar con ese objetivo? Para mi ese concepto de improvisar tiene que tener en cuenta donde quiero llegar y de que me quiero alejar. Para mí la manera que hemos visto en el video de improvisar, tiene una característica determinante como es atender al contexto. O lo que es lo mismo, atender a la demanda de todo aquello que nos rodea. Es aquí cuando pienso que de la misma forma que no tiene sentido hablar para que no se nos entiendan. Qué sentido puede tener marcarme como objetivos en una clase, que yo tenga que dar la economía, la población y la cultura de un continente sea lo que sea, sin pararme a ver si mis alumnos lo han entendido, o ni siquiera importarme. ¿Cuáles pueden ser nuestras motivaciones ante una clase que no se nos tiene en cuenta? ¿Y las motivaciones de dicho/a profesor/a? ¿Cuáles serán nuestros retos, y nuestros soportes de apoyo?

Tener un objetivo, no es lo mismo que tener una finalidad. Mi objetivo puede ser aprobar una asignatura, sea como sea. Sin embargo, puede que no tenga ninguna finalidad. ¿Qué finalidad puede tener en una carrera aprenderme los contenidos de memoria sin integrarlo? En mi opinión ninguna. Los profesores se ciñen a todos los niveles de nuestra vida educativa, a una programación y guía. Ellos tienen que dar las 15 termas al finalizar el curso. El ritmo es el que es, lo sigas o no. Esto hace que no se tenga para nada en cuenta a los alumnos, no hay tiempo. El sistema es cruel e insensible, no percibe ni tiene en cuenta a los alumnos ¿Tenía entonces razón Maquiavelo, y el fin justifica los medios? ¿Tener un objetivo claro justifica que de la clase de una u otra forma con tal de cumplirlo, sacrificando así el contexto?


Hablando del contexto, hace no mucho, en una tertulia radiofónica que escuche, un experto criminalista hablaba sobre la posibilidad de que el contexto indujera a las personas a cometer crímenes. Más concretamente, hablaba de casas marcadas por la tragedia, en las que con distintos inquilinos, conocedores todos ellos de los sucesos acaecidos, se repetían las tragedias ¿Es en este caso el contexto quien determina la acción? ¿O por el contrario la acción del individuo la que determina el contexto? Esto último, correspondería con la predisposición surgida de la manera de entender e integrar todo aquello que le rodea al individuo. El experto criminalista, tras toda una vida dedicada a este ámbito, que ni era la casa la que inducia al individuo a matar, ni era la acción del individuo la que impregnaba de un contexto la casa, sino que existía una simbiosis reciproca entre ambos que hacía que la trágica historia se repitiera una y otra vez. Con esto quiero pensar que el contexto que nosotros creemos como profesores en una clase, va a ser uno de los factores que va a propiciar el acercamiento de nuestros alumnos al conocimiento. Pero que sin duda, la mentalidad de los alumnos, entendida como su manera de interpretar e integrar lo que le rodea, también es determinante. De esta forma, no solo les serviría a los alumnos con identificar un contexto en el que discriminar (Venimos a clase para sentarnos, callarnos, y escuchar al profesor, y si hago los deberes apruebo).