La clase de hoy, aunque no en su totalidad, la hemos
dedicado a ver diferentes formas de percibir o comprender. Todo comienza con la
observación de un algo que nuestro profesor David dibuja en la pizarra. No me gustaría,
describir lo que yo vi, porque en eso consistía el ejercicio. La primera parte,
se trataba de relatar que veíamos dibujado
en la pizarra. Los alumnos, inmediatamente comenzamos a escribir. Algo que me
llamaba la atención a la hora de decir la gente lo que veía, es que describía
cosas que no existían (al menos en la pizarra, a los ojos de todos).
Inmediatamente, David, redacto una serie de categorías en función de lo que
cada uno decía ver. Esas categorías dejaban ver a lo que cada uno atendía para
describirlo. Las categorías eran las siguientes:
Polígonos; Hexágonos, rectángulos.
Diferentes ángulos y rectas.
Tiza sobre la pizarra
Detalles de los espacios que se
dejan.
La primera intervención, venía a coincidir con lo que yo había
redactado. Digamos, podría entrar dentro de la categoría de hexágonos, rectángulos,
etc. La siguiente intervención fue la que hizo, que algo dentro de mí,
despertara. Hablaban de algo parecido a una bota. Entonces me acorde de un
texto que leí el día anterior, y el cual creí que con una primera lectura no removería
nada de mi interior. Ese texto me hizo conectar en cierta forma con la segunda descripción.
Recordé leer que en cierta forma, categorizar es obviar otras cosas. Mi descripción
a lo que yo veía en la pizarra se centraba en describir polígonos, polígonos que
en mi mente existían (Implícitos) pero que en la pizarra no. Al yo ver polígonos,
no veía otras cosas. Esos polígonos, repito, estaban en mi cabeza, no estaban
en la pizarra. Mi cerebro, busco algo conocido o fácil de explicar para
describir un objeto. Por tanto, los conceptos o conocimientos previamente
adquiridos, a una gran mayoría, nos impiden ver otras cosas. Si no nos impiden
ver otras cosas, si nos impiden decir esas otras cosas. Algo parecido sucede en
la lectura que mencione leer, quizá no tenga mucho que ver, pero me ha hecho
ver algo, que de no haber leído, seguramente no hubiera caído. Keith Johnstone
en ``Notas sobre mí mismo´´ dice- Se
espera que los alumnos distorsionen la visión de los niños-. Algo parecido ocurrió
en esa clase con nosotros.
De la misma manera, que a mi entender, un adulto
frente a un niño representa el ``conocimiento´´ y la ``sabiduría´´ y este al influenciar
al niño/a distorsiona su visión o forma de ver las cosas, nuestra experiencia/conocimiento/formas
adquiridas, nos hace distorsionar lo que vemos. Nosotros al tener conocimientos
previos, o conceptos, tenemos más facilidad de categorizar, porque tenemos,
como decíamos en las primeras clases, cosas para hacer distinciones, como el
buen sumiller. Al tener esta información, nosotros digitalizamos el dibujo que David
ha hecho, es decir, transformamos lo que hay en la pizarra dibujado, a algo que
nuestra mente si entiende, y es asignar nombre a algo que en principio no lo
tiene. De esta manera, la mayoría, por no decir todos, vemos dos figuras geométricas.
En realidad, no hay dibujadas dos figuras, tan solo una.
Un ejemplo que se me ocurre, es una especie de reto o
acertijo mental, que en teoría un niño suele hacer con mucha facilidad, y que
un adulto no. Tiene que ver con aquello a lo que el niño centra su atención.
02320-2
74021-1
28492-3
45867-3
47124-0
12984-3
47563-1
Se tiene que buscar la relación que existe entre estos números
¿Por qué estos resultados? La respuesta es que los ojos, o mejor dicho, la mente
de los niños, esa mente ``virgen´´ de conceptos y saberes numéricos y matemáticos,
a lo único que atiende es a lo poco que sabe, o lo primero que aprende en el jardín
de infancia, que son las figuras geométricas. De tal manera que en la primera
serie de número el resultado es 2, porque hay dos ceros. En la tercera serie,
que se corresponde con la numeración 28492, observamos que el resultado es 3.
Este resultado es así dado que el número 8, está compuesto de dos círculos y el
9 de un círculo. Por lo tanto hay 3 círculos, y así sucesivamente con todos los
círculos.
Otra cosa que ha surgido en clase, y que tiene que ver con
lo anterior, es que el ser humano se diferencia de los animales en que tiene
que inventarse su vida. Cuando descomponemos una totalidad en partes, estamos
fallando. El ser humano tiene que aprender a dar sentido a la realidad. Esa
disgregación de la realidad es propia del ser humano. Si atendemos a la
totalidad no podemos atender a las partes, y si atendemos a las partes no
atendemos a la totalidad. Algo ocurre con Seurat y el puntillismo. Quizá, si
nos centramos/acercamos demasiado al cuadro, nos percatamos de lo perfectos o
imperfectos, y sobre todo, vulgarmente alborotados (Sin razón) de los puntitos
que hay dibujados. Pero si nos alejamos y nos fijamos en la totalidad de ellos,
observamos que tal alboroto o sin razón, componen una de las obras más famosas
y reconocidas del mundo de la pintura como es Un domingo de verano en la grande
jatte . Seguramente, por querer fijarnos en cosas que deberían de ser
y nos son, nos estemos perdiendo otras que en realidad son, y que no por ello
tienen menos validez. Puede ser que con esta reflexión de hoy, entienda algo
mas el texto de Keith Johnstone, cuando al principio del texto ``Notas sobre mí
mismo´´, cuando asegura que en el momento en el que se verbaliza algo espontáneo,
en su caso una imagen hipnagógica, desaparece. Igualmente ocurre con
innumerables aspectos de esta vida.